martes, 21 de enero de 2014

¡¡BIENVENIDOS!!!

Nosotros somos un colectivo de alumnos de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana que, por medio de este blog, queremos dar a conocer nuestra forma de trabajo durante el segundo bloque de la experiencia educativa de La Enseñanza del Español I.  A continuación encontrarás un ensayo que realizamos con el objetivo principal de mostrar los avances que hemos tenido durante este segundo  bloque en donde se trabajaron textos como  el de Lauren B. Resnick  “El alfabetismo dentro y fuera de la escuela”, el de Frank Smith  “El club de los que leen y escriben”, el de Isabel Solé  “Aprender a usar la lengua: implicaciones para la enseñanza” y de Emilia Ferreiro  "Leer y escribir en un mundo  cambiante".
En los cuales hacemos referencia en el presente ensayo llamado “ALFABETISMO: PRIMEROS ENCUENTROS, TIPOS Y UTILIDAD”
Esperamos que los contenidos que usted, lector, encuentre en éste blog sean de su agrado y principalmente sean útiles para las actividades que usted prefiera.
Atte. equipo 3.
Beaumont Guzmán María Concepción de los ÁngelesDe Fermín Guzmán Fabiola AlejandraJiménez Ruiz Marco JhovanyValencia Alonso Gladys Lizeth

Ensayo: “ALFABETISMO: PRIMEROS ENCUENTROS, TIPOS Y UTILIDAD”

“La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos, el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra.”
Paulo Freire

INTRODUCCIÓN

Hablar de alfabetismo es un tema complejo, ya que muchas personas tienen un concepto diferente de lo que engloba este término “hasta hace relativamente poco tiempo, hablar de "lengua" era hablar, fundamentalmente, del conocimiento de sus aspectos estructurales y formales, de su análisis. Hablar de lengua y, sobre todo, enseñarla, se identificaba con hablar de y enseñar gramática”.  (Isabel solé, 2000, p. 25)1

Para contextualizarnos primero, hay que definir que es el alfabetismo. Esto lo entenderemos como la capacidad de los alumnos para aplicar sus conocimientos y destrezas en áreas claves, analizar, razonar y comunicarse de manera efectiva, plantear, interpretar y resolver problemas en distintas situaciones.El alfabetismo además “es un conjunto de prácticas culturales y una habilidad adquirida que caracteriza a los individuos, esto procesos se ven afectados en forma periférica por los contextos sociales en los que las personas leen y escriben” (Lauren B. Resnick, 1991)2

Por otro lado tenemos también el término antagonista de la situación que no podemos manejar de forma aislada y con el cual nos encontraremos siempre que pretendamos hablar de alfabetismo: el analfabetismo, este término no solo es la carencia de preparación educativa, sino también de los valores, ya que; sin ellos el individuo no tiene la capacidad para aspirar una vida digna dentro de su entorno social.

El presente trabajo hablará de ciertos temas relacionados con el alfabetismo, ¿cuándo podemos decir que un individuo es alfabetizado? ¿Dónde se tiene el primer contacto con la alfabetización? ¿Qué tipos de alfabetismo existen? ¿Todos cumplen la misma función o tienen el mismo fin?

Para ello tomaremos de referencia ciertos autores con los que nuestras ideas concuerdan como Isabel Solé, Lauren B Resnick, Frank Smith y Paulo Freire entre otros. [1]



DESARROLLO

La alfabetización que se da en los primeros años de vida es un proceso natural cuyo avance ocurre de manera inconsciente y se relaciona con el contexto que rodea al individuo. Entonces, ¿Cómo aprenden los niños todo esto? Según Smith  “Ellos aprenden por lo general sin que nadie se dé cuenta de que están aprendiendo, por participar en actividades letradas con personas que saben cómo y porque hacen esas cosas” (Smith, 1986, p.13)3

Es importante puntualizar que por alfabetismo se entenderá el concepto antes mencionado, dejando en claro que estar alfabetizado no significa solo saber leer y escribir. De acuerdo con Isabel Solé “Entre las personas alfabetizadas, las diferencias no estriban en la posibilidad de leer, escribir, hablar y escuchar (Garton y Pratt, 1991), sino más bien en la posibilidad de hacerlo de forma competente según las exigencias de la situación en que se encuentre y de los objetivos que persigan…” (Solé, 2000, p.28)1

Una primera impresión es que la escuela es la única responsable de alfabetizar a los individuos, pero en realidad la primera agencia de socialización en la cual se tiene contacto con  la alfabetización es la familia, estructura dinámica que actúa como mecanismo de interacción educativa, genera estímulos; ofrece normas para regular la conducta y modelos a seguir para ser imitados. Podemos corroborarlo en el texto de Emilia Ferreiro “Leer y escribir en un mundo cambiante”cuando menciona que “Si el niño ha estado en contacto con lectores antes de entrar a la escuela, aprenderá más fácilmente a escribir y leer, que aquellos niños que no han tenido contacto con lectores…” (Ferreiro, 2000, p. 5)4

No es fácil aceptar el nulo desempeño que la educación formal tiene en su papel alfabetizador, pero es una realidad, para Frank Smith prácticamente no se alfabetiza en la institución escolar y no es porque no se quiera, sino que, debido a la forma de trabajo, no se cumple con este objetivo. ¿Cuál es esta forma de trabajo? Un procedimiento completamente alejado del sentido social que se le daba a los antiguos aprendizados cuyo método era efectivo por que “[…] había mucho menos instrucción directa de la que acostumbramos en las escuelas y relativamente poca práctica descontextualizada  de las habilidades relevantes para el oficio. En lugar de esto, mediante el trabajo en colaboración, a menudo en tarea que los aprendices no podían desarrollar enteramente por su cuenta, éstos practicaban  en un contexto que a la vez motivaba el trabajo y le daba significado” (Resnick, 1991, p.22)[2]

¿Por qué ahora los alumnos de educación básica no tienen la cultura de leer y escribir? Una razón es que  en muchas ocasiones solo se les ha enseñado técnicas de cómo llevar a cabo actividades en donde sólo se busque obtener un resultado, para posteriormente considerarlos débiles de espíritu incluso inmaduros por no poder comprender lo que están leyendo. La escuela no propicia un ambiente alfabetizador  donde la lectura se tome como fin propio y no como el medio para realizar una acción. Como nos dice Isabel Solé en los actuales centros educativos
“Las habilidades lingüísticas son más bien objeto de comprobación o de evaluación que de enseñanza propiamente dicha. Cuando se le pide al alumno que realice una exposición a sus compañeros sobre determinado tema; cuando tiene que elaborar un resumen  o una redacción, cuando se le dice que lea, etcétera, en realidad se le está pidiendo que haga lo que, muchas veces, no se le ha enseñado previamente.”(Solé, 2000, p.6)
1

Esto es fácil de identificar puesto que  si a  un alumno se le pusiera a leer un texto y al terminar se le pidiera que comentara lo que entendió;  comenzaría por  describir lo que habla el texto y no realizaría una reflexión o análisis de lo que leyó. ¿Pero, en realidad se lee por obligación o por gusto?“Hay niños que ingresan a la lengua escrita a través de la magia y niños que entran a la lengua escrita a través de un entrenamiento consistente en “habilidades básicas”. En general los primeros se convierten en lectores; los otros, en iletrados o en analfabetos funcionales”. (Ferreiro, 2000, p.6)4. Es aquí donde se encuentra la gran diferencia, ya que con la primerase fomenta un hábito o cultura por la lectura, siendo capaces de analizar lo que leen y formando su propia toma de decisiones a través de proceso cognitivo analítico y críticode lo leído; mientras que en la segunda sólo se maneja la información de los textos escrita en un papel,  los alumnos no leen lo que investigan, carecen de la habilidad para seleccionar información, realizando esto de forma mecánica e irreflexiva con el único propósito de cumplir con las tareas que se les piden.

Si lo que se busca es que las instituciones educativas funcionen como un medio para dar continuidad a la alfabetización que inicia en el entorno en el cual el individuo se desarrolla, deben considerar  en la enseñanza las tres categorías del alfabetismo utilizadas con mayor frecuencia para lograr el aprendizaje:útil, informativa y recreativa.

El alfabetismo útil (también entendido como práctico o funcional) es aquel que nos sirve para lograr metas inmediatas. Incluye textos orientadores donde existe una relación estrecha entre leer y realizar una acción. Es aquí donde “El lector necesita construir un modelo mental del sistema como un todo antes de que le sea posible tomar una decisión de acción.” (Resnick, 1991, p.24)2. Este tipo de alfabetismo tiene origen en el seno familiar donde ocurre el primer acercamiento.

El alfabetismo Informativo es utilizado para transmitir o adquirir conocimiento. “las personas también leen para aprender acerca del mundo aunque eso no reporte una utilidad práctica inmediata.” (Resnick, 1991, p.26)2. Si bien esto es cierto; que éste necesita un conocimiento previo en el lector para relacionar el conocimiento nuevo con lo ya adquirido. Este tipo de alfabetismo puede ser motivado por varios factores, ya sean sociales, personales o laborales. La escuela funciona como un medio para obtenerlo aunque no es la única instancia donde se puede adquirir.

En el alfabetismo recreativo se toma la lectura como fin. Es leer como una forma de esparcimiento en sí y como lo menciona Lauren B. Resnick: “Las metas que se pueden lograr por medio de la lectura recreativa son personales: escaparse e imaginarse a sí mismo en condiciones más satisfactorias, […] estimular la imaginación y satisfacer la curiosidad, […] penetrar en culturas y situaciones vitales a las cuales personalmente no se tiene acceso.” (Resnick, 1991, p. 27)2. Es necesario que el lector descubra y desarrolle el placer por leer; por esta razón no debe imponerse la lectura ni emplearse como forma de castigo, sino más bien debe ser por decisión propia y por gusto. Los padres tienen una función muy importante para fomentar este tipo de alfabetismo comenzando desde que los aprendices son niños al leerles cuentos.

Entre las condicionantes para que el proceso de alfabetización se dé de manera correcta encontramos a el ambiente, que, en este caso llamaremos ambiente alfabetizador. A diferencia de lo que se puede pensar en un principio, el ambiente alfabetizador, no está definido como un espacio especial, aunque, es muy bien sabido que, para las actividades propias del estudio, los elementos que se encuentran en el área en donde se está realizando la acción como por ejemplo el ruido, la iluminación, la calidad del aire, etc. Influyen de manera significativa en tu desempeño como estudiante.

Sucede de la misma forma cuando se está en el proceso alfabetizador, aunque estos elementos no tienen tanto peso, como la sociedad misma en la que se ejecuta la alfabetización, efectivamente, al parecer el éxito del proceso está condicionado por el ambiente y éste a su vez está formado por las personas que nos rodean. Lo que diferencia a este ambiente de todos los demás es la forma en que se asocian personas con otras de manera inconsciente y con el fin de mejorar, Frank Smith enumera los beneficios que se obtienen al hacer este tipo de asociaciones “El aprendizaje que se realiza a través de asociaciones tales como el club de los hablantes, hay siete aspectos o características destacables. El aprendizaje es siempre (1) significativo (2) útil (3) continuo y sin esfuerzo (4) incidental (5) cooperativo (6) vicario y (7) libre de riesgos.” (Smith, 1994, p.12)3.

Éste aprendizaje por asociación resulta un proceso completamente contrario a la visión de trabajo que se tiene actualmente en las instituciones escolares, pues en el ambiente alfabetizador en donde se aprende por medio de asociaciones y de ayuda mutua  “Todo el aprendizaje se realiza sin riesgos. No hay evaluaciones periódicas, ni exámenes finales, nadie espera que los miembros nuevos sean tan buenos como todos los demás ni que “avancen” al mismo ritmo” (Smith, 1994, p.13)3. ¿Acaso esta forma de trabajo resulta parecida a lo que se maneja hoy en la escuela?

La tarea que tenemos como docentes resulta titánica, retomar la forma de trabajo implícita que se inculca desde los primeros años antes de entrar a la escuela, y que prioriza el sentido práctico y útil del alfabetismo en donde los alumnos, según Smith
“ven para qué se usa el lenguaje, ven cuales son las múltiples utilidades que presta a los escritores o a los lectores. […] se los ayuda a escribir y a leer toda vez que tienen un propósito propio que involucren estas actividades. Los niños empiezan a participar en un campo siempre creciente de actividades letradas en la medida en que tienen sentido para ellos, y el aprendizaje continúa. […] puede identificarse con esas otras personas que se benefician con actividades alfabetizadas.” (Smith, 1991, p.15)
3.

Inclusive los mismos programas hacen que el propiciar un ambiente alfabetizador sea casi imposible, pues recomiendan (¿o imponen?)  Actividades y lecturas que resultan carentes de sentido para el alumno, descontextualizadas  y triviales, que no hacen otra cosa más que sembrar en ellos el pensamiento de que la lengua no tiene sentido alguno, que carece de significado. A pesar de esto, con las múltiples enseñanzas de las que dispones, la  labor  docente debe de ir enfocada a exaltar el valor de la alfabetización y de la lengua en todo momento.


Si se trabaja en conjunto con los tres tipos de alfabetismo que tienen como objetivo lograr el aprendizaje en los alumnos podemos crear ambientes alfabetizadores .Es responsabilidad del maestro como se llevan las actividades dentro del aula y si se ponen en práctica los tres tipos de alfabetismo.




CONCLUSIÓN

Hay que romper con los paradigmas de encasillarnos a una idea pobre y muy básica del concepto de alfabetismo. Hoy en día se necesitan lectores en nuestras aulas más que iletrados o analfabetos funcionales, ya que como nos menciona Ferreiro“La alfabetización no es un lujo ni una obligación, es un derecho.” (Ferreiro, 2000, p.4) 4

Tenemos que dejar de pensar en el alfabetismo solo como una colección de actividades sino más bien como una práctica cultural. Algo que se ejerza por elección y decisión y se realice con gusto, más que por obligación. Lo ideal es lograr hacer del alumno un individuo capaz de aplicar sus conocimientos y destrezas en áreas claves, analizar, razonar y comunicarse de manera efectiva, plantear, interpretar y resolver problemas en distintas situaciones, y relacionarse de manera efectiva; para lograr alcanzar el enfoque de esta asignatura, el cual menciona que para lograr este objetivo o llegar a los aprendizajes esperados y vincularlo con las prácticas sociales es necesario que el alumno sea capaz de lograr desarrollar las competencias para la vida que son fundamentales.( Competencias para el aprendizaje permanente, Competencias para el manejo de la información, Competencias para el manejo de situaciones, Competencias para la convivencia, Competencias para la vida en sociedad.)

Desgraciadamente a veces las escuelas se encuentran demasiado lejos de las formas cotidianas de uso de la lengua es por eso que uno de nuestros retos como futuros docentes es muy grande, pues recae en nosotros la responsabilidad de “alfabetizar” a nuestro alumnos con todo lo que eso implica.
Por ello a la hora de dar clases es importante generar el gusto por la lectoescritura en nuestros alumnos, buscando estrategias aplicadas en actividades de lectura permanente llevada a cabo con dinámicas que despierten el gusto de participar activamente en la lectura. Realizar actividades planeadas por y para el grupo donde el alumno aprenda y se convierta en “alfabeta” comprendiendo y aplicando lo que ha leído sin limitar su emoción al hacerlo.

En estos días uno de los problemas frecuentes para el desarrollo óptimo de las habilidades de la lectura y escritura es la forma en la que influyen los avances tecnológicos como lo son la televisión, computadora,  videojuegos, etc., en la vida de los adolescentes, ya que gracias a ello, el hábito de leer y escribir se ha perdido en casi una totalidad.

Como docentes o futuros docentes debemos dar a conocer que leer y escribir, no únicamente nos sirve para estar dentro del grupo de personas alfabetizadas o como herramientas básicas de aprendizaje, sino que son dos herramientas sumamente necesarias para el progreso, desarrollo personal y la formación integral del individuo, así como también la principal vía de acceso al conocimiento y a la cultura.
El reto actual es conseguir que todos los jóvenes adolescentes reciban una educación de calidad y que desarrollen y consoliden sus habilidades comunicativas como el hábito por leer , escribir, hablar y escuchar; teniendo como objetivo que a  futuro sean personas que puedan progresar y desarrollarse en la sociedad que constantemente se va modernizando.




[1]Solé, Isabel (2000), “Aprender a usar la lengua: implicaciones para la enseñanza”, en SEP, Introducción a la enseñanza de: español. Programa y materiales de apoyo para el estudio. Licenciatura en Educación Secundaria, 2º semestre, México, pp. 25-35.
2 Resnick, Lauren B. (1991), “El alfabetismo dentro y fuera de la escuela”, en Universidad Futura, vol. II, núm. 6-7, Sylvia Schmelkes (trad.), México, UAM-A, 1991, pp. 33-41. SEP (1993), Plan y programas de estudio 1993. Educación básica. Secundaria, México, pp. 17-34.
3 Smith, Frank (1994), “El club de los que leen y escriben”, en De cómo la educación apostó al caballo
equivocado, Buenos Aires, Aique (Serie de la palabra), pp. 11-29.
4. Ferreiro, Emilia, "Leer y escribir en un mundo  cambiante", en Novedades Educativas, año X11,  núm. 115, julio de 2000, Buenos Aires,  Novedades Educativas, pp. 4-7.

Introducción del ensayo

“La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos, el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra.”
Paulo Freire

INTRODUCCIÓN

Hablar de alfabetismo es un tema complejo, ya que muchas personas tienen un concepto diferente de lo que engloba este término “hasta hace relativamente poco tiempo, hablar de "lengua" era hablar, fundamentalmente, del conocimiento de sus aspectos estructurales y formales, de su análisis. Hablar de lengua y, sobre todo, enseñarla, se identificaba con hablar de y enseñar gramática”.  (Isabel solé, 2000, p. 25)1

Para contextualizarnos primero, hay que definir que es el alfabetismo. Esto lo entenderemos como la capacidad de los alumnos para aplicar sus conocimientos y destrezas en áreas claves, analizar, razonar y comunicarse de manera efectiva, plantear, interpretar y resolver problemas en distintas situaciones.El alfabetismo además “es un conjunto de prácticas culturales y una habilidad adquirida que caracteriza a los individuos, esto procesos se ven afectados en forma periférica por los contextos sociales en los que las personas leen y escriben” (Lauren B. Resnick, 1991)2

Por otro lado tenemos también el término antagonista de la situación que no podemos manejar de forma aislada y con el cual nos encontraremos siempre que pretendamos hablar de alfabetismo: el analfabetismo, este término no solo es la carencia de preparación educativa, sino también de los valores, ya que; sin ellos el individuo no tiene la capacidad para aspirar una vida digna dentro de su entorno social.

El presente trabajo hablará de ciertos temas relacionados con el alfabetismo, ¿cuándo podemos decir que un individuo es alfabetizado? ¿Dónde se tiene el primer contacto con la alfabetización? ¿Qué tipos de alfabetismo existen? ¿Todos cumplen la misma función o tienen el mismo fin?

Para ello tomaremos de referencia ciertos autores con los que nuestras ideas concuerdan como Isabel Solé, Lauren B Resnick, Frank Smith y Paulo Freire entre otros. [1]





[1]Solé, Isabel (2000), “Aprender a usar la lengua: implicaciones para la enseñanza”, en SEP, Introducción a la enseñanza de: español. Programa y materiales de apoyo para el estudio. Licenciatura en Educación Secundaria, 2º semestre, México, pp. 25-35.
2 Resnick, Lauren B. (1991), “El alfabetismo dentro y fuera de la escuela”, en Universidad Futura, vol. II, núm. 6-7, Sylvia Schmelkes (trad.), México, UAM-A, 1991, pp. 33-41. SEP (1993), Plan y programas de estudio 1993. Educación básica. Secundaria, México, pp. 17-34.
3 Smith, Frank (1994), “El club de los que leen y escriben”, en De cómo la educación apostó al caballo
equivocado, Buenos Aires, Aique (Serie de la palabra), pp. 11-29.
4. Ferreiro, Emilia, "Leer y escribir en un mundo  cambiante", en Novedades Educativas, año X11,  núm. 115, julio de 2000, Buenos Aires,  Novedades Educativas, pp. 4-7.

Desarrollo del ensayo

DESARROLLO

La alfabetización que se da en los primeros años de vida es un proceso natural cuyo avance ocurre de manera inconsciente y se relaciona con el contexto que rodea al individuo. Entonces, ¿Cómo aprenden los niños todo esto? Según Smith  “Ellos aprenden por lo general sin que nadie se dé cuenta de que están aprendiendo, por participar en actividades letradas con personas que saben cómo y porque hacen esas cosas” (Smith, 1986, p.13)3

Es importante puntualizar que por alfabetismo se entenderá el concepto antes mencionado, dejando en claro que estar alfabetizado no significa solo saber leer y escribir. De acuerdo con Isabel Solé “Entre las personas alfabetizadas, las diferencias no estriban en la posibilidad de leer, escribir, hablar y escuchar (Garton y Pratt, 1991), sino más bien en la posibilidad de hacerlo de forma competente según las exigencias de la situación en que se encuentre y de los objetivos que persigan…” (Solé, 2000, p.28)1

Una primera impresión es que la escuela es la única responsable de alfabetizar a los individuos, pero en realidad la primera agencia de socialización en la cual se tiene contacto con  la alfabetización es la familia, estructura dinámica que actúa como mecanismo de interacción educativa, genera estímulos; ofrece normas para regular la conducta y modelos a seguir para ser imitados. Podemos corroborarlo en el texto de Emilia Ferreiro “Leer y escribir en un mundo cambiante”cuando menciona que “Si el niño ha estado en contacto con lectores antes de entrar a la escuela, aprenderá más fácilmente a escribir y leer, que aquellos niños que no han tenido contacto con lectores…” (Ferreiro, 2000, p. 5)4

No es fácil aceptar el nulo desempeño que la educación formal tiene en su papel alfabetizador, pero es una realidad, para Frank Smith prácticamente no se alfabetiza en la institución escolar y no es porque no se quiera, sino que, debido a la forma de trabajo, no se cumple con este objetivo. ¿Cuál es esta forma de trabajo? Un procedimiento completamente alejado del sentido social que se le daba a los antiguos aprendizados cuyo método era efectivo por que “[…] había mucho menos instrucción directa de la que acostumbramos en las escuelas y relativamente poca práctica descontextualizada  de las habilidades relevantes para el oficio. En lugar de esto, mediante el trabajo en colaboración, a menudo en tarea que los aprendices no podían desarrollar enteramente por su cuenta, éstos practicaban  en un contexto que a la vez motivaba el trabajo y le daba significado” (Resnick, 1991, p.22)[1]

¿Por qué ahora los alumnos de educación básica no tienen la cultura de leer y escribir? Una razón es que  en muchas ocasiones solo se les ha enseñado técnicas de cómo llevar a cabo actividades en donde sólo se busque obtener un resultado, para posteriormente considerarlos débiles de espíritu incluso inmaduros por no poder comprender lo que están leyendo. La escuela no propicia un ambiente alfabetizador  donde la lectura se tome como fin propio y no como el medio para realizar una acción. Como nos dice Isabel Solé en los actuales centros educativos
“Las habilidades lingüísticas son más bien objeto de comprobación o de evaluación que de enseñanza propiamente dicha. Cuando se le pide al alumno que realice una exposición a sus compañeros sobre determinado tema; cuando tiene que elaborar un resumen  o una redacción, cuando se le dice que lea, etcétera, en realidad se le está pidiendo que haga lo que, muchas veces, no se le ha enseñado previamente.”(Solé, 2000, p.6)
1

Esto es fácil de identificar puesto que  si a  un alumno se le pusiera a leer un texto y al terminar se le pidiera que comentara lo que entendió;  comenzaría por  describir lo que habla el texto y no realizaría una reflexión o análisis de lo que leyó. ¿Pero, en realidad se lee por obligación o por gusto?“Hay niños que ingresan a la lengua escrita a través de la magia y niños que entran a la lengua escrita a través de un entrenamiento consistente en “habilidades básicas”. En general los primeros se convierten en lectores; los otros, en iletrados o en analfabetos funcionales”. (Ferreiro, 2000, p.6)4. Es aquí donde se encuentra la gran diferencia, ya que con la primerase fomenta un hábito o cultura por la lectura, siendo capaces de analizar lo que leen y formando su propia toma de decisiones a través de proceso cognitivo analítico y críticode lo leído; mientras que en la segunda sólo se maneja la información de los textos escrita en un papel,  los alumnos no leen lo que investigan, carecen de la habilidad para seleccionar información, realizando esto de forma mecánica e irreflexiva con el único propósito de cumplir con las tareas que se les piden.

Si lo que se busca es que las instituciones educativas funcionen como un medio para dar continuidad a la alfabetización que inicia en el entorno en el cual el individuo se desarrolla, deben considerar  en la enseñanza las tres categorías del alfabetismo utilizadas con mayor frecuencia para lograr el aprendizaje:útil, informativa y recreativa.

El alfabetismo útil (también entendido como práctico o funcional) es aquel que nos sirve para lograr metas inmediatas. Incluye textos orientadores donde existe una relación estrecha entre leer y realizar una acción. Es aquí donde “El lector necesita construir un modelo mental del sistema como un todo antes de que le sea posible tomar una decisión de acción.” (Resnick, 1991, p.24)2. Este tipo de alfabetismo tiene origen en el seno familiar donde ocurre el primer acercamiento.

El alfabetismo Informativo es utilizado para transmitir o adquirir conocimiento. “las personas también leen para aprender acerca del mundo aunque eso no reporte una utilidad práctica inmediata.” (Resnick, 1991, p.26)2. Si bien esto es cierto; que éste necesita un conocimiento previo en el lector para relacionar el conocimiento nuevo con lo ya adquirido. Este tipo de alfabetismo puede ser motivado por varios factores, ya sean sociales, personales o laborales. La escuela funciona como un medio para obtenerlo aunque no es la única instancia donde se puede adquirir.

En el alfabetismo recreativo se toma la lectura como fin. Es leer como una forma de esparcimiento en sí y como lo menciona Lauren B. Resnick: “Las metas que se pueden lograr por medio de la lectura recreativa son personales: escaparse e imaginarse a sí mismo en condiciones más satisfactorias, […] estimular la imaginación y satisfacer la curiosidad, […] penetrar en culturas y situaciones vitales a las cuales personalmente no se tiene acceso.” (Resnick, 1991, p. 27)2. Es necesario que el lector descubra y desarrolle el placer por leer; por esta razón no debe imponerse la lectura ni emplearse como forma de castigo, sino más bien debe ser por decisión propia y por gusto. Los padres tienen una función muy importante para fomentar este tipo de alfabetismo comenzando desde que los aprendices son niños al leerles cuentos.

Entre las condicionantes para que el proceso de alfabetización se dé de manera correcta encontramos a el ambiente, que, en este caso llamaremos ambiente alfabetizador. A diferencia de lo que se puede pensar en un principio, el ambiente alfabetizador, no está definido como un espacio especial, aunque, es muy bien sabido que, para las actividades propias del estudio, los elementos que se encuentran en el área en donde se está realizando la acción como por ejemplo el ruido, la iluminación, la calidad del aire, etc. Influyen de manera significativa en tu desempeño como estudiante.

Sucede de la misma forma cuando se está en el proceso alfabetizador, aunque estos elementos no tienen tanto peso, como la sociedad misma en la que se ejecuta la alfabetización, efectivamente, al parecer el éxito del proceso está condicionado por el ambiente y éste a su vez está formado por las personas que nos rodean. Lo que diferencia a este ambiente de todos los demás es la forma en que se asocian personas con otras de manera inconsciente y con el fin de mejorar, Frank Smith enumera los beneficios que se obtienen al hacer este tipo de asociaciones “El aprendizaje que se realiza a través de asociaciones tales como el club de los hablantes, hay siete aspectos o características destacables. El aprendizaje es siempre (1) significativo (2) útil (3) continuo y sin esfuerzo (4) incidental (5) cooperativo (6) vicario y (7) libre de riesgos.” (Smith, 1994, p.12)3.

Éste aprendizaje por asociación resulta un proceso completamente contrario a la visión de trabajo que se tiene actualmente en las instituciones escolares, pues en el ambiente alfabetizador en donde se aprende por medio de asociaciones y de ayuda mutua  “Todo el aprendizaje se realiza sin riesgos. No hay evaluaciones periódicas, ni exámenes finales, nadie espera que los miembros nuevos sean tan buenos como todos los demás ni que “avancen” al mismo ritmo” (Smith, 1994, p.13)3. ¿Acaso esta forma de trabajo resulta parecida a lo que se maneja hoy en la escuela?

La tarea que tenemos como docentes resulta titánica, retomar la forma de trabajo implícita que se inculca desde los primeros años antes de entrar a la escuela, y que prioriza el sentido práctico y útil del alfabetismo en donde los alumnos, según Smith
“ven para qué se usa el lenguaje, ven cuales son las múltiples utilidades que presta a los escritores o a los lectores. […] se los ayuda a escribir y a leer toda vez que tienen un propósito propio que involucren estas actividades. Los niños empiezan a participar en un campo siempre creciente de actividades letradas en la medida en que tienen sentido para ellos, y el aprendizaje continúa. […] puede identificarse con esas otras personas que se benefician con actividades alfabetizadas.” (Smith, 1991, p.15)
3.

Inclusive los mismos programas hacen que el propiciar un ambiente alfabetizador sea casi imposible, pues recomiendan (¿o imponen?)  Actividades y lecturas que resultan carentes de sentido para el alumno, descontextualizadas  y triviales, que no hacen otra cosa más que sembrar en ellos el pensamiento de que la lengua no tiene sentido alguno, que carece de significado. A pesar de esto, con las múltiples enseñanzas de las que dispones, la  labor  docente debe de ir enfocada a exaltar el valor de la alfabetización y de la lengua en todo momento.


Si se trabaja en conjunto con los tres tipos de alfabetismo que tienen como objetivo lograr el aprendizaje en los alumnos podemos crear ambientes alfabetizadores .Es responsabilidad del maestro como se llevan las actividades dentro del aula y si se ponen en práctica los tres tipos de alfabetismo.




1Solé, Isabel (2000), “Aprender a usar la lengua: implicaciones para la enseñanza”, en SEP, Introducción a la enseñanza de: español. Programa y materiales de apoyo para el estudio. Licenciatura en Educación Secundaria, 2º semestre, México, pp. 25-35.
2 Resnick, Lauren B. (1991), “El alfabetismo dentro y fuera de la escuela”, en Universidad Futura, vol. II, núm. 6-7, Sylvia Schmelkes (trad.), México, UAM-A, 1991, pp. 33-41. SEP (1993), Plan y programas de estudio 1993. Educación básica. Secundaria, México, pp. 17-34.
4. Ferreiro, Emilia, "Leer y escribir en un mundo  cambiante", en Novedades Educativas, año X11,  núm. 115, julio de 2000, Buenos Aires,  Novedades Educativas, pp. 4-7.
3 Smith, Frank (1994), “El club de los que leen y escriben”, en De cómo la educación apostó al caballo
equivocado, Buenos Aires, Aique (Serie de la palabra), pp. 11-29.



Conclusión y Bibliografia

CONCLUSIÓN

Hay que romper con los paradigmas de encasillarnos a una idea pobre y muy básica del concepto de alfabetismo. Hoy en día se necesitan lectores en nuestras aulas más que iletrados o analfabetos funcionales, ya que como nos menciona Ferreiro“La alfabetización no es un lujo ni una obligación, es un derecho.” (Ferreiro, 2000, p.4) 4

Tenemos que dejar de pensar en el alfabetismo solo como una colección de actividades sino más bien como una práctica cultural. Algo que se ejerza por elección y decisión y se realice con gusto, más que por obligación. Lo ideal es lograr hacer del alumno un individuo capaz de aplicar sus conocimientos y destrezas en áreas claves, analizar, razonar y comunicarse de manera efectiva, plantear, interpretar y resolver problemas en distintas situaciones, y relacionarse de manera efectiva; para lograr alcanzar el enfoque de esta asignatura, el cual menciona que para lograr este objetivo o llegar a los aprendizajes esperados y vincularlo con las prácticas sociales es necesario que el alumno sea capaz de lograr desarrollar las competencias para la vida que son fundamentales.( Competencias para el aprendizaje permanente, Competencias para el manejo de la información, Competencias para el manejo de situaciones, Competencias para la convivencia, Competencias para la vida en sociedad.)

Desgraciadamente a veces las escuelas se encuentran demasiado lejos de las formas cotidianas de uso de la lengua es por eso que uno de nuestros retos como futuros docentes es muy grande, pues recae en nosotros la responsabilidad de “alfabetizar” a nuestro alumnos con todo lo que eso implica.
Por ello a la hora de dar clases es importante generar el gusto por la lectoescritura en nuestros alumnos, buscando estrategias aplicadas en actividades de lectura permanente llevada a cabo con dinámicas que despierten el gusto de participar activamente en la lectura. Realizar actividades planeadas por y para el grupo donde el alumno aprenda y se convierta en “alfabeta” comprendiendo y aplicando lo que ha leído sin limitar su emoción al hacerlo.

En estos días uno de los problemas frecuentes para el desarrollo óptimo de las habilidades de la lectura y escritura es la forma en la que influyen los avances tecnológicos como lo son la televisión, computadora,  videojuegos, etc., en la vida de los adolescentes, ya que gracias a ello, el hábito de leer y escribir se ha perdido en casi una totalidad.

Como docentes o futuros docentes debemos dar a conocer que leer y escribir, no únicamente nos sirve para estar dentro del grupo de personas alfabetizadas o como herramientas básicas de aprendizaje, sino que son dos herramientas sumamente necesarias para el progreso, desarrollo personal y la formación integral del individuo, así como también la principal vía de acceso al conocimiento y a la cultura.
El reto actual es conseguir que todos los jóvenes adolescentes reciban una educación de calidad y que desarrollen y consoliden sus habilidades comunicativas como el hábito por leer , escribir, hablar y escuchar; teniendo como objetivo que a  futuro sean personas que puedan progresar y desarrollarse en la sociedad que constantemente se va modernizando.












































BIBLIOGRAFÍA:

Resnick, Lauren B. (1991), “El alfabetismo dentro y fuera de la escuela”, en Universidad Futura, vol. II, núm. 6-7, Sylvia Schmelkes (trad.), México, UAM-A, 1991, pp. 33-41. SEP (1993), Plan y programas de estudio 1993. Educación básica. Secundaria, México, pp. 17-34.

Smith, Frank (1994), “El club de los que leen y escriben”, en De cómo la educación apostó al caballo equivocado, Buenos Aires, Aique (Serie de la palabra), pp. 11-29.

Solé, Isabel (2000), “Aprender a usar la lengua: implicaciones para la enseñanza”, en SEP, Introducción a la enseñanza de: español. Programa y materiales de apoyo para el estudio. Licenciatura en Educación Secundaria, 2º semestre, México, pp. 25-35.

Ferreiro, Emilia, "Leer y escribir en un mundo  cambiante", en Novedades Educativas, año X11,  núm. 115, julio de 2000, Buenos Aires, Novedades Educativas, pp. 4-7.



4Ferreiro, Emilia, "Leer y escribir en un mundo  cambiante", en Novedades Educativas, año X11,  núm. 115, julio de 2000, Buenos Aires,  Novedades Educativas, pp. 4-7.